El Ayuntamiento de Madrid lleva meses aireando el denominado PLAN ESTRATÉGICO DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID (PECAM) 2012-2015. Bueno, lo de airear es relativo, porque se ha reducido a un pequeño número de “privilegiados” de la cultura madrileña. Ni siquiera han hecho partícipes a los Consejos Territoriales de los distritos, supuestos órganos de participación ciudadana. Solo ahora, a mediados del 2013 se han acercado a las asociaciones vecinales para conocer sus demandas, que luego no tendrán en cuenta si no les gusta, claro.
El PECAM, en su punto 5.2 nos habla de repensar la cultura de proximidad, y para ello lanza su idea fuerza ¡Madrid Activa!
Como en otros documentos ya conocidos, el Ayuntamiento se dedica a utilizar bonitas palabras de participación, ciudadanía activa, implicación… sin mencionar que después sus prácticas nos van a decir todo lo contrario.
El documento mencionado no tiene desperdicio en este sentido, por lo que os animamos a leerlo en su totalidad, pero aquí solo vamos a resaltar una de las afirmaciones que se realiza en el análisis inicial:
Así, en los últimos años la cultura de proximidad, aplicada a grandes ciudades como Madrid, se identifica con aquella que fomenta la “ciudadanía activa” y apela a una política cultural basada en la descentralización, el policentrismo, la inclusividad y la conectividad.
El concepto de “ciudadanía activa”, que se refiere a la oportunidad de las personas a participar e implicarse en todas las esferas de la vida económica y social aportando sus conocimientos como individuos de la sociedad, está en el núcleo de las políticas culturales y sociales de la Unión Europea.
Y dos de sus objetivos estratégicos:
Ciudadanía activa / Participación ciudadana. Se pretende no solo ofrecer actividades, sino que los vecinos participen en la organización de esas actividades.
Vida de barrio en los espacios públicos. Los distritos de Madrid disponen de una amplia red de infraestructuras públicas (centros culturales, auditorios, bibliotecas y centros juveniles) para el desarrollo de actividades, talleres, exposiciones, conciertos, cursos, etc. Estos espacios están al servicio de los ciudadanos, son abiertos, accesibles y cercanos. También las plazas y otros lugares públicos pueden ser áreas de encuentro y desarrollo de actividades, de puesta en común, donde compartir experiencias entre los vecinos.
Con estas primeras ideas, quién no se apunta a repensar la cultura de proximidad?
Desde la Comisión de Cultura de la FRAVM, hemos hecho llegar un documento al Ayuntamiento de Madrid, en el que exponemos algunas cuestiones por donde se podría avanzar en este marco.
Y desde la AV La Flor animamos a las entidades del distrito y a la ciudadanía interesada a aprovechar las posibilidades que da el PECAM para profundizar, ampliar y visibilizar las culturas populares de nuestros barrios, utilizando para ello todas las infraestructuras existentes: “centros culturales, auditorios, bibliotecas y centros juveniles del distrito”. Sin olvidarnos, por supuesto, del Teatro Madrid, así como de las plazas y otros lugares de «encuentro y desarrollo de actividades”, como pueden ser los parques.