El inicio de una legislatura en el ámbito municipal puede ser un buen momento para repensar la ciudad. Esto es algo que desde la asociación vecinal venimos haciendo en distintos formatos desde hace unas cuantas, y el objetivo es reflexionar colectivamente sobre aquellas cosas que hacemos las vecinas y vecinos para mejorar nuestras vidas en el día a día, también aquellas cosas que no hacemos, sin olvidarnos de lo que las administraciones correspondientes nos dicen que van a a hacer (o no van a hacer) y de las que, finalmente, hacen (o no hacen).
Pero, cuál es el objetivo de esa reflexión colectiva?
Por un lado, disponer de información sobre lo que hemos hecho hasta el momento, punto de partida importante para valorar avances o retos pendientes.
Por otro lado, situarnos en el contexto actual de cambios y diversidades.
Cambiamos las personas (que somos diversas) según va pasando el tiempo, unas nacen, otras se hacen mayores, unas vienen de otros territorios, de otras culturas, otras se van… Unas lo hacen en buenas situaciones para la vida, y a otras les falta de todo… Unas veces enfocamos nuestras miradas hacia un solo lado, otras hacia varios lados, otras vamos cambiando el foco…
Unas conviven con otras en armonía, otras lo hacen en situaciones violentas sin darse cuenta muchas veces (normalmente mujeres), pensando que ellas tienen la culpa y se dejan hacer… hasta el final. Entonces hablamos de violencia machista, de feminicidios.
Unas trabajan, otras están en el paro, otras se jubilan (con diferencias salariales en cada etapa marcada por el sesgo de género). Otras trabajan y además cuidan (sobre todo las mujeres), porque todavía creemos que los «trabajos de cuidados» no tienen nada que ver con el «trabajo productivo». Otras se esfuerzan por poner la vida en el centro.
También cambian nuestros contextos sociales (también diversos) para tener una vida mejor. Hablamos de salud comunitaria o de sanidad pública o privada, pero también de sesgos de género en la sanidad. Hablamos de educación o de educación pública o privada enfocadas al trabajo, pero también hablamos de educación para la vida. Hablamos de cultura o de cultura creativa, y también de cultura dominante, de cultura crítica, de interculturalidad… Y de derechos sociales, de derechos humanos… Aunque no son iguales para todas las personas, claro!
Y cambian nuestros contextos territoriales (el hábitat en el que vivimos, nuestros ecosistemas). Hablamos de las actuaciones sobre nuestras ciudades, organizadas en función del vehículo privado, del uso patriarcal que de ella hacemos, y de los intereses capitalistas de constructoras y empresas varias. Hablamos de las actuaciones directas o indirectas sobre el medio ambiente, normalmente por intereses económicos nada sustentables, apoyados por la publicidad que nos desinforma, que nos hace creer que queremos ser o hacer lo que esos intereses ajenos quieren que seamos o hagamos, o pensemos (o no pensemos)… Hablamos del agua, del aire que respiramos, de lo que consumimos, cómo lo consumimos, cuánto…
Todo esto, a su vez, influye y está influido por leyes y normativas, que unas administraciones concretan de unas formas y otras lo hacen diferente…
Sin olvidar, por supuesto, aquello que nos queda lejos (o eso creemos), y que llamamos Europa, Nacionalismos, Occidente, Guerras, Nación, África, ONU, Terrorismos, Cambio Climático… que también van cambiando a la vez que producen cambios globales que nos limitan, nos presionan…
Y cuando el contexto nos lo pone difícil, nos va pasando factura, como suele decirse.
Todo nos va afectando en nuestro día a día, por tanto, otro de nuestros objetivos con la reflexión colectiva es identificar dónde se encuentran los nudos, es decir, aquellas cosas que nos dificulta avanzar para mejorar nuestra vida, de qué forma podemos «deshacerlos» o, al menos abrir otras posibilidades y, sobre todo, si eso podemos hacerlo nosotras desde nuestras comunidades vecinales, si necesitamos a otras redes amigas, si requerimos apelar a las instituciones o, si nuestras posibilidades de incidencia directa quedan más lejos, convertirlas en lo que llamamos «luchables».
La jornada, con tres sesiones, que tendrán lugar el jueves 16, viernes 17 y sábado 18 de noviembre, nos servirá para abordar nuestra hoja de ruta para los próximos meses. Si quieres acompañarnos, estaremos en el Centro Comunitario Guatemala, esos días entre las 18 y las 20.30 h. Y si te inscribes previamente te lo agradeceremos, pues así nos organizamos mejor.