Las condiciones imprescindibles para un trabajo comunitario desde las administraciones son:
- predisposición de algunxs profesionales para llevarlo a cabo
- que se puedan negociar tiempos y recursos
Después ya vienen otras condiciones que facilitan el proceso y aumentan las posibilidades de éxito:
- formación y seguimiento metodológico
- posibilidad de trabajar a largo plazo
- existencia de movimientos sociales
- poder trabajar en un territorio suficientemente pequeño
Cuando hablo de trabajo comunitario me refiero a un trabajo basado en un plan definido participadamente con la gente y que marca el punto en el horizonte hacia el que caminar de forma conjunta e integral. Para hacer un trabajo comunitario no basta salir a la calle y trabajar con un par de grupos de forma independiente. La imagen física puede ser la de distintas manchas de aceite, pequeñas y concretas pero que van fluyendo hacia una única gran mancha que impregne todo el territorio, todas las actuaciones y que, además, la gente se la apropie. El objetivo a largo plazo es que se convierta en la forma “normal” de trabajar por todo el personal técnico o voluntario que incida en la zona. No es, por supuesto, que haya una forma rígida de hacer las cosas, sino que sea “normal” trabajar coordinadamente, según un plan establecido y con la participación continua de la población.
Este podría ser el resumen del espacio formativo que sobre el trabajo comunitario tuvimos el pasado 9 de febrero en la mesa de participación y desarrollo comunitario del distrito. Un espacio que estuvo dinamizado por Loli Hernández, persona de gran experiencia en el trabajo comunitario, y con la que tuvimos la suerte de poder contar para la sesión.
El trabajo comunitario es uno de los retos que tenemos en los barrios de Madrid, y en concreto en el nuestro. Por eso, estos espacios formativos como este son indispensables y necesarios.