Una biblioteca es un espacio privilegiado para facilitar, promover y mejorar la lectura de diversidad de libros, acercarse a un amplio número de autoras y autores de distintas temáticas, estilos y formatos, a personas de distintas edades y condiciones…
Pero, más allá de la función tradicional de cualquier biblioteca, es evidente que el espacio permite una multiplicidad de iniciativas que hacen más fácil el acercamiento a las historias que nos cuentan los libros y a los aprendizajes que nos sugieren.
Ya sea mediante itinerarios específicos o mediante lecturas compartidas, una biblioteca da para mucho más que llevarse un libro a casa o leerlo allí mismo.
Es, por tanto, un espacio para aprender a convivir en un mundo diverso, para conocer y re-conocer la diversidad de culturas, de miradas, de enfoques sobre los diferentes aspectos de la vida, sobre lo que hacemos en este mundo y cómo lo hacemos… Un espacio vivo para el intercambio de saberes populares, a través de la reflexión compartida, ya sea con la presencia de autoras y autores, en formato cuentacuentos o en formato cineforum, danza, música, teatro…
Las Bibliotecas en el Distrito
Según estándares de la FEMP, para una población de 50.000 habitantes, se requiere una superficie de biblioteca de alrededor de los 3.510 m2.
En el distrito existe una única biblioteca municipal, con 1.070 m2 que, junto a la biblioteca de la Comunidad de Madrid (Rafael Alberti), con 2.722 m2, suman un total de 3.792 m2 para una población de más de 230.000 habitantes.
En estos días de la segunda mitad del año 21, la biblioteca del barrio del Pilar, José Saramago, abre de nuevo sus puertas tras el cierre durante casi dos años por problemas para la finalización de las obras de mejoras y ampliaciones.
En este mismo barrio, hasta el año 2011 existió una biblioteca de la entonces Obra Social de Caja de Madrid, es decir, dinero público, con 222 puestos, que fue donada a la Fundación Carmen Pardo Valcarce en el proceso de privatización de la entidad, cuando su presidenta era, precisamente, la consejera que procedió a esa donación, Carmen Cafranga, sin que desde las instituciones públicas se realizase ninguna actuación para impedirlo. Dicha biblioteca fue cerrada y el edificio que la albergaba pasó a ocuparse por otra iniciativa de la Fundación que recientemente ha cambiado el nombre a Fundación A La Par.
En estos momentos existen dos proyectos de biblioteca, uno en Montecarmelo y otro en Las Tablas, que esperamos se puedan concretar lo antes posible.