Los derechos sociales nos hablan de los derechos humanos básicos y de aquellos otros que necesitamos para desarrollarnos como parte de las comunidades que habitamos.
Hablamos del derecho de trasladarnos libremente, y a ser acogidas por la sociedad como un miembro más de la comunidad. Hablamos de disponer de las condiciones básicas para la vida, como la vivienda, la alimentación, el agua potable y la energía. Pero también hablamos de educación y salud públicas, de salarios y pensiones dignas, de trabajos decentes, de medio ambiente saludable…
Hablar de derechos sociales es apoyar las mareas, la lucha por pensiones dignas, los sindicatos de inquilinas o las plataformas anti-desahucios… Es decir no a los cíes y sí a la sanidad pública y universal. Es denunciar la pobreza energética, la desnutrición y la precariedad. Hablar de derechos sociales nos hace reconocer la situación de mayor fragilidad de las mujeres en las desigualdades sociales, de las violencias de género…
Pero también es apoyar la economía social, solidaria y sostenible, la ciudad inclusiva, la movilidad sostenible y accesible, el medio ambiente saludable, la cultura que nos despierta, la educación que nos transforma…
Sin embargo, no todas las personas tenemos el mismo acceso a estos derechos. Existen muchas situaciones de riesgo, mucha precariedad a la hora de ejercerlos, de forma que las desigualdades se multiplican, en un contexto de dominio del mercado, que ha ido usurpando todos estos derechos a lo largo del tiempo, ayudado por el poder político que controla y por los medios culturales y publicitarios que nos señalan sus necesidades como si fueran las nuestras,
Y cuando, además, nos vemos en una situación de pandemia como la vivida hace pocos años (que podemos volver a experimentar si no tomamos medidas más drásticas), nos hacemos más conscientes de que estas crisis no nos afectan a todas por igual, incidiendo más, precisamente, en quienes tienen más precariedad y pobreza.
En este marco, la Asociación Vecinal la Flor creamos a comienzos de esta década una Oficina de Derechos Sociales en el distrito que, junto a otras entidades, colectivos y personas, tiene como objetivo avanzar en el apoyo mutuo comunitario en nuestros barrios.